Aura Después de una comida deliciosa y mucho tiempo de pláticas y miradas extrañas, Nasun y yo vamos de vuelta a casa. No le he preguntado nada pero en una oportunidad que tenga lo haré. Necesito saber por qué se comporta así con Rosemary. —¿Alguna vez alguien le ha dicho lo ruidosa que es su mente? –cuestiona sin mirarme y yo detengo mis pasos en seco. —¿Cómo dices? Y por favor deja de hablarme así, solo dime Aura. —Lo que usted ordene, mi señora. —¡Nasun! –chillo y él ríe encantado con mi reacción. —Lo siento, Aura. Me cuesta mucho cambiar la formalidad, pero si es una orden tuya no puedo hacer nada. —Me parece bien, ahora dime a qué te refieres con que mi mente es muy ruidosa. —Tus pensamientos, cuando llegamos aquí bajaste la barrera de tu mente y he podido oír todo lo