La llamada nunca llegó, ni un mensaje ni nada, lo que me trae loco, he estado llamando a su hermano pero éste aún no me toma la llamada. El zumbido de mi celular capta mi atención, lo tomo inmediatamente sobre el escritorio y contesto. —¿Hola? —No está en casa de sus amigos, ya no sé a quién ni donde más preguntar, y no contesta el celular —farfulla sin siquiera saludar, y no es que quisiera un saludo en estos momentos. —No entiendo, ayer estuvimos hablando, teníamos cita de terminar una conversación hoy, es raro que se haya desaparecido así nada más —digo frustrado. —Seguiré buscando, cualquier cosa te aviso —me dice y nos despedimos. Apoyo ambas manos sobre el respaldo de la silla y pienso pero no se me ocurre ninguna respuesta a esto, ella no nos daría ese susto así. Tomo