Luego de un almuerzo algo incómodo con mi esposa, suegro y cuñado, Chiara y yo decidimos irnos para nuestra casa, pero ella sigue ignorándome. Al entrar vamos directo nuestra habitación donde sé que está por desatarse el infierno. - ¿vas a seguir ignorándome? – pregunto sentándome en el borde de la cama. - ¿Cuándo fue la última vez que te acostaste con ella? – pregunta parándose frente a mi con sus brazos cruzados sobre su pecho y una mirada cargada de enojo. - Amor, ella no significa nada – digo con calma. - ¿Quién es ella? - Ella es a quien le compramos la ropa, tiene una tienda además tiene un sastre con manos mágicas – respondo es verdad. - ¿Qué hacía aquí? – trato de reprimir una sonrisa al verla cel