7.-Ejército de pastillas

769 Palabras
Daia: -¿Me mandaste a seguir?-dijo sentándose y mirándome. -Si ,lo hice -le confesé -sabía todo lo que ocurría contigo ,desde que te emanciparon a los quince. -Mira Ezel, no se que estúpida promesa de mierda hayan hecho tu y mi hermano pero quiero que entiendas algo. No .Te. Necesito-mascullo y lo que vi en sus ojos fue una de las cosas mas dolorosas en toda mi vida ,vi odio en ellos-Yo estoy bien ,estaba bien hasta que ¡Tu maldita sea apareces! ¡No tenía un maldito ataque de pánico hace dos años!¡No utilizaba esas pastillas hace meses!¡No vomitaba hace casi diez meses! Pero vienes tú y lo arruinas todo-dijo ella con lágrimas que sabía ella nunca iba a derramar delante mío. -Lo se garota ,yo no quería nada de esto ,no así, siento mucho no haber estado para ti cuando me necesitabas ,y a pesar de lo que dices se que me necesitabas ,lo siento tanto por no estar ahí ,ahora sé que las cosas son mas graves de lo que pensaba ,no sabía que estabas enferma ,tu padre también pensó que era una exageración de tu abogado para sacarle mas dinero ,yo se que tu no eres asi ,pero no sabia que estabas así de mal ¡Maldita sea! ¡Debí haber escuchado a mamá cuando me dijo que estabas demasiado delgada!-dije molesto conmigo mismo. -Estoy bien ,es solo que verte no es algo agradable ,no te preocupes estaré mejor cuando desaparezcas de mi vida-dijo sarcástica. -Lo siento Daia pero no hay forma de que haga eso ,no pienso irme a ningún lado así como no pienso moverme de aquí hasta que te vea mejor y no voy a dejar que vayas a clase sin alimentarte adecuadamente ,puedes luchar lo que quieras contra ello ,pero estoy aquí y voy a enmendar los errores del pasado . -No puedes enmendar algo tan defectuoso Ezel-dijo ella mirando hacia otro lugar. -Ahora déjame llevarte a tu habitación ,descansa un poco y cuando te levantes podemos ir a cenar algo ¿Ya almorzaste cierto?-pregunté dudoso. -No ,aun no-dijo con voz plana volteando su rostro ,ella realmente era casi ilegible para mi ,excepto cuando se enfadaba. -Ve a acostarte ,pediré algo de comida para los dos. -¿No te vas a rendir cierto?-dijo cansada. -No Daianara ,no lo haré ,así que puedes irte acostumbrando a tenerme alrededor tuyo ,no espero que me trates como cuando tenias doce ,y decías que querías casarte conmigo ,pero sí, no sabes como quiero que volvamos a ser amigos-dije besando su frente. Sentí como ella suspiraba ,ella olía a shampoo de gardenias y a manzanas. Y me recordaba malditamente porque siempre quería estar a su lado. Ella se aparto y volteo su rostro. -Pides demasiado Ezel ,hay cosas en la vida que un vez que sucedieron ,no tienen marcha atrás ,no necesitas estar aquí ,no necesitas ver esto ,no te quiero aquí para que me veas siendo débil ,he estado solo por algunos años ya y he sabido cuidar bien de mi misma ,voy a estar bien-dijo tomando mi mejilla, podía sentir sus dedos sudorosos y el temblor en sus manos ¡Maldita sea! El infierno ardería antes de que yo la abandonase nuevamente ,me haría cargo de ella ,lo quiera o no ,y al diablo con lo que podía ocurrir ,mi padre y el suyo eran dueños de esta jodida universidad . -No voy a irme Daia, sabes muy bien que clase de persona soy ,sabes que no pienso abandonarte ,no ahora no después. -Ese es uno de los problemas Ezel ,yo te conozco ,tu no a mí -susurró con voz debil, ver esa mirada tan perdida y carente de esperanza hacía que algo dentro de mi se estrujara y el pecho me doliera aún peor que cuando boxeaba y no podría respirar. -No voy a discutir eso ahora Daia ,estas cansada ,necesitas dormir ,luego comer y después visitar a un doctor . -Estoy bien -dijo con los ojos cerrados. -No, no lo estas- dije cargándola y dirigiéndome a el pasillo supuse debía dirigir hacía las habitaciones del departamento. -¿Cual de las dos es tu habitación?- pregunté con ella en mis brazos. -La de la puerta azul claro-dijo respirando profundamente, podía ver que estaba tan cansada ,mareada y triste que no lucharía conmigo, pero al contrario de lo que debería sentir ,no estaba feliz de haber ganado esta batalla, me sentía realmente enfermo de pensar que ella estaba tan débil y rota en estos momentos que no podía luchar contra el odio justificado que sentía por mí.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR