○○◘◘••♥♥••◘◘○○ Había llegado tan cansada de vuelta al crucero, que apenas puse un pie en mi camarote, deseé acostarme, pero primero tomé una ducha rápida y relajante. No tenía hambre y si la llegué a tener no fue mayor al cansancio y sueño que tenía, así que pasé de largo toda la noche. Me despierto muy temprano, por lo que alcanzo a ver la salida del sol por el pequeño balcón de mi habitación. La mañana está fría y aunque seguimos estando en el mar Mediterráneo, se siente el cambio entre España y Sicilia. La ciudad de Catania va a pareciendo en el radar y desde ya, llama mi atención los colores un poco oscuros que tiene en sus construcciones. Respiro profundo, sintiendo el olor del mar, la sal, entrando por mis fosas nasales. Ya se empieza a escuchar la gente caminando por el pasil