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Salimos corriendo a la enfermería del barco, de forma tan desesperada, que Briseida casi baja corriendo por las escaleras de emergencia si no fuera porque las puertas del ascensor se abrieron como si nos estuvieran esperando.
Mientras nos acercamos a la enfermería noto a Bastian en la puerta con Elián en sus brazos, pero Elena no está con él, lo que me hace dar cuenta de que fue a ella a la que le pasó algo. Al sentirnos cerca, Bastian se da la vuelta y puedo ver los ojos hinchados y rojos de Elián, que seguramente lloró mucho y hasta hace poco se calmó.
Estando más cerca, mis ojos se encuentran con la mirada fría y preocupada de Bastian, quien no la sostiene porque un quejido desde adentro del lugar llama su atención.
—¡¿Qué pasó?! —pregunta Briseida preocupada y su
