Vanessa Thompson. —¿Estás segura de esto? —pregunta Angie, mirándome con pena e inseguridad—. Vane, no puedo dejar que te expongas a algo que no puedas soportar. Resoplo y pretendo responderle, cuando ella me interrumpe e insiste. —Tu hermana...Violet —susurra su nombre, le cuesta decirlo—, ella no está bien, ya Chase te dijo. Por favor, piénsalo mejor. Si yo hubiera sabido que ibas a querer exponerte de esta forma, no te habríamos dicho nada. Estaríamos en San Francisco ajenas a todo. —Angélica, no. Ya te dije. Necesito ver a mi hermana. Yo estoy bien. Mis bebés no están en riesgo. Además, estaré en un hospital donde puedo ser atendida en el caso hipotético que me suceda algo. Cierro los ojos y me volteo, cuando la expresión de Angie es suficiente para decirme que no piensa como