Steve Jhonson. Todo se salió de control y se fue al carajo. Aún no entiendo cómo el maldito abogaducho se pudo desatar, si se supone que el nudo estaba bien hecho. ¡Soy un estúpido! Me limpio la sangre que brota de mi nariz con el dorso de la mano, mientras me pongo en pie, porque no volverán a tomarme con la guardia baja. Ahora, la maldita loca de mierda tiene el arma y nos apunta a ambos. Lo mejor que podría pasar ahora es que se le escape un disparo y mate al idiota que creyó burlarse de mí, o mejor aún, que se lastime a sí misma. Puedo ver el terror en sus ojos, pero el hecho de que me apunte con el arma y la mueva de un lado a otro, sin precisión, me tiene los nervios de punta. El idiota trata de calmarla, pero ella está loca, es una jodida demente y puede hacer cualquier c