Curtis Wood Angélica me mira como si quisiera matarme. Puede que sea capaz de hacerlo. Yo la ignoro y salgo del auto. Cierro la puerta cuando todavía ella no sale y no sé si vaya a hacerlo. Aunque espero que sí. La tienda que tengo enfrente me trae buenos y amargos recuerdos, a la vez. Aquí terminó nuestro viaje después de todo un mes, en una tienda de lencería. En aquel momento, mientras entrábamos, no tenía idea de cómo acabaría todo entre nosotros; había sido perfecto y loco cada cosa que vivimos en el camino. Lo mejor de todo, haberla tenido a ella día y noche, mostrándome esa parte suya magnífica, adictiva. Demoro mis pasos antes de llegar a la entrada, quiero ver si ella me alcanza antes de hacerlo. Y por algún motivo que seguro entender en algún momento, ella lo hace. Se