AMELIA
Me desperté porque estaban llamando al timbre de casa y pasé de él porque estaba muy a gusto durmiendo con Elliot. Jamás me lo habría imaginado, eso de dormir con Elliot me parecía una ridiculez antes del verano, pero para aquel entonces lo estaba disfrutando. Elliot me abrazaba desde atrás y su pecho se pegaba a mi espalda sintiendo por completo su piel desnuda contra la mía. Me removí intentando volver a dormir, y la mano de Elliot que se entrelazaba con la mía ejerció algo de presión a la vez que hundía más su cabeza en mi cuello.
—¡¿Amelia?!
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Nunca, jamás, me moví tan rápido y por unos segundos se me olvidó que tenía un esguince. Toda la noche anterior se me olvidó estando con Elliot, pero aun así fue cuidadoso, pero yo salté de la cama y corrí sintiendo el dolor agu
