•••Eres cruel••• Zeida estaba concentrada en la computadora, cuando miró a su jefa salir de la oficina del presidente echa un fantasma, estaba tan pálida qué parecía que iba a desmayarse en cualquier momento. —Lo siento— dijo la encargada apenas llegó hasta su escritorio. —El jefe quiere verte en su oficina. —¿Qué pasó?. —Él no va a cambiarte. Zeida no creyó que él se opusiera, ¿No era mejor estar separados?. Se puso de pie lentamente y se armó de valor, valor qué fue quedando en sus pies con cada paso que daba, llegó hasta la puerta y se dijo así misma qué era lo mejor, no había echo nada malo, él entendería. Entró después de tocar y su vista llegó hasta el hombre que se servía un trago. —¿Quería verme señor?. Mitchell sintió un escalofrío, odiaba qué ella le hablara tan