•••Le dicen el demonio••• 3 días después… *Zeida*. Las flores qué adornaban la habitación dejaban un encantador aroma, me sentía nerviosa, mi corazón no dejaba de palpitar con fuerza, tampoco dejaba de pensar en como fue. Recordaba pequeños fragmentos, el primer día que vi a Mitchell Maxwell, daba miedo, me sentí tan pequeña delante de él, insignificante, sabía que jamás estaría a su altura y aun así, me enamoré, perdidamente me volví adicta a él. A veces llegué a pensar que él me odiaba, ni siquiera me veía, o eso pensaba, cuando le llevaba su café a la oficina, él solo hacía ese gruñido qué no dejaba espacio para iniciar una conversación, estar junto a él se volvía una tortura con el paso del tiempo, quería odiarlo y sacarlo de mi mente. Pero se volvió imposible, aquel día lluvioso
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