**Callan Al menos está en el trabajo, pensé cuando Isa entró por las puertas de la oficina el lunes por la mañana. Entré muy temprano y me quedé en la cafetería, esperando a que ella pasara. Estaba vestida por lo general, pero su cabello y maquillaje no eran su estilo habitual. Llevaba el pelo suelto y recogido con horquillas sueltas, y su maquillaje era tenue, sin lápiz labial ni sombra de ojos. Ni siquiera estaba segura de que llevara alguno. La vi caminar hacia el ascensor y quedarse allí sola, esperando a que se abrieran las puertas. Ahora es mi oportunidad, pensé. Me levanté de la silla en la que estaba sentada y caminé por casualidad hacia ella. Mientras me acercaba, pude sentirla ponerse rígida, pero no me miró. Ni siquiera estaba seguro de qué decir, por dónde empezar. Bueno,