Entramos a la tienda muy risueñas y Emily se mide su vestido de novia, le queda precioso, es blanco, tiene un pequeño cinturón plateado debajo del busto y lo demas es suelto, parece una hermosa princesa.
—Amiga te vez hermosa.
Le doy un abrazo y ella empieza a llorar.
—No puedo creer que me voy a casar con Brad, con mi demonio.
—Serán muy felices ya lo verás.
Cuando sale ya cambiada trae un vestido largo, color rosa en las manos.
—Este es tú vestido.
—Color rosa Emily ¿enserio?
—Por favor, no puedes negarte, además es rosa muy bajito nada del otro mundo.
Me lo mido y para ser sincera no me queda mal, salgo para que lo vea y ella grita emocionada.
—Tal como me lo imaginé, te queda precioso, no puedes negarlo, resalta el color de tu piel, ademas ya es tiempo que luzcas tus curvas
