Capítulo Ocho

1985 Palabras

La noche fue larga, aun así no negaré que dormí mejor que nunca,  la melodía que Alessandro tocó en el piano me arrullo y no por haber sido enfadosa, sino más bien, porque fue hermosa. En este momento estoy terminando de arreglarme con algo de ropa que Jimena se encargó de comprarme para llevar a Noely y a Bell al colegio. Estamos en el comedor desayunando antes de irnos, Alessandro entra y besa la mejila de Jimena, la de Noely, la de Bell y luego sin más besa la mía, lo miro con una ceja alzada y el sólo me guiña un ojo. -Los besos de papá son agradables ¿verdad Ela? -pregunta Noely. -¿Ya terminaron? Es hora de irnos. -¡Evades preguntas! -dicen Bell y Noely al mismo tiempo. -Niñas es hora de irnos. Tomo las mochilas de ambas niñas y camino a la puerta mientras ellas se despiden

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