Miro con desprecio a Roger cuando me hacen sentar en el sofá del fondo. — ¿De verdad estás haciendo esto? — El hombre no me mira— Creí que eras alguien intachable. — No entiendes, Edén. — No. Está claro que no— me rio — Por eso me contrataste, ¿Para usarme? — No la soporto. — Púdrete, zorra— escupo. Esta se acerca, pero London la retiene. — No, bella. Aún no podemos ponerle las manos encima. Hay que llamar a Arslan y preparar una emboscada. La emboscada se la hemos dado a él. Sin embargo, no me relajo. No puedo. — Necesitamos un plan— murmura London. Mira a Camille— Llévala a una oficina y cuida que no se escape— le entrega un arma. — ¿Puedo jugar con ella un rato? — inquiere en tono empalagoso. — No puedes matarla. Ella es mi placer culposo— se ríe—Quiero que Arslan la vea mori

