Las clases avanzan a paso lento, Fiorella me da un ligero empujón al notar que no estoy poniendo atención. -¿Qué demonios te ocurre? -Nada.-le resto importancia. Fiorella devuelve su atención al profesor y yo me vuelvo a sumir en mis pensamientos, debo ir a ver a esa mujer, y la única manera de hacerlo es pidiéndole ayuda a la última persona a la que recurriría. -Señorita Armani.-me llama el profesor. -¿Qué? -Si mi clase no le interesa es libre de tomar sus cosas e irse. Fiorella me mira perpleja, la mayoría de alumnos en este salón están murmurando. -¿Entendió lo que le dije, Armani? -No soy estúpida profesor, le entendí. Todos en la clase guardan silencio, tomo mis cosas y salgo del salón, esto no estaba en mis planes, pero ya que sucedió aprovecharé el momento e iré a verlo.