Tara…
Abro los ojos al escuchar el sonido de mi celular. Comienzo a buscarlo con la mano en la cama pero recuerdo que esta en mi bolso así que a regañadientes me levanto en busca del aparato dándome cuenta que me encuentro desnuda y con una pequeña molestia entre las piernas el cual me hace sonreír.
Tomó el celular justo cuando comienza a sonar de nuevo, al verlo veo que se trata de mi madre, suspiro antes de contestar.
- Dime – contestó caminado al cuarto de baño para hacer mis necesidades.
- Te llamo para recordarte la cena en una hora – dice y yo suspiro.
- Mamá, debo descansar – digo tratando de librarme de esa dichosa cena, aunque se que no servirá.
- Tara, solo es una cena – dice molesta y yo rió sarcástica. Una cena con mi hermana y su prometido, un hombre que me ha follado dos veces. - ¿no puedes simplemente apoyar a tu hermana?
- Esta bien – respondo caminando hasta la ducha abriéndola y dejar que el agua corra. - ¿a dónde debo ir?
Cuelgo la llamada después de que mi madre me dijera a dónde debo ir para adentrarme a la ducha relajándome al sentir el agua caliente sobre mi piel.
Al salir voy directo al closet donde elijo un vestido rojo manga larga de un solo lado, escote de corazón y un poco provocador. Mientras lo observo pienso en Apolo y sonrió.
Me seco el cabello y me hago delicadas hondas que caen por lo espalda, me maquillo de forma sutil pero resaltando mis labios con un labial del mismo color del vestido. Elijo unas sandalias de tacón del mismo color del vestido al igual que el bolso y el abrigo. Una vez lista salgo se allí viendo que voy tarde y que mi madre debe estar furiosa por ello.
Rápidamente bajo al estacionamiento donde elijo uno de mis autos y en instante salgo rumbo al restaurante el cual está a unos minutos de donde vivo.
Al llegar al restaurante el maître me guía hasta la mesa donde se encuentra mi madre, hermana, un hombre muy atractivo que no conozco y mi pecado andante luciendo jodidamente guapo enfundado en un traje azul.
- Buenas noches – saludo justo cuando llego a la mesa, todos se vuelven a verme pero es Apolo quien se levanta justo cuando un mesero está por correr la silla para que me siente pero él se lo impide. – gracias – digo cuando me siento, noto que apolo me huele discretamente para después gruñir y yo sonrió.
- Un placer – dice en un susurro muy seductor y solo para mí. Lo veo sentarse junto a mi.
- Mucho gusto – dice el desconocido llamando mi atención – Eros, el mejor amigo de Apolo y padrino de la boda. – extiende su mano y yo la mía estrechándola.
- Tara, la hermana de la novia – es todo lo que digo antes de que un mesero me entregue la carta – una copa de vino blanco.
Pedimos rápidamente la cena mientras mi madre y Grace hablan sobre la boda. Ruedo los ojos al escucharlas por lo que decido ir un momento al baño. Me disculpo antes de ponerme de pie caminando al lugar. Cuando estoy por entrar mi celular suena.
- ¿Cómo esta Seúl? – preguntó a Olive que es quien me llama.
- Bien, aunque acabo de enamorarme – dice y yo rio.
- ¿Quién es? – preguntó entrando al baño.
- Es el CEO la corporación con la que estamos por hacer negocios. – dice mientras me recuesto al lavao.
- ¿Sexo? – pregunto divertida.
- Aun no, esperemos a ver que sucede – dice suspirando – te llamaba para recordarte la reunión que tenemos pasado mañana.
- ¿Tengo que asistir? ¿No puedes simplemente poner el dinero en mi cuenta? – respondo ya que esas reuniones me aburren. – además tengo turno.
- Esta bien – responde -¿dónde estás?
- Cenando con mi perfecta familia – respondo suspirando, cuando escucho la puerta abrirse al tiempo que un escalofrío me recorre el cuerpo al ver de quien se trata. – te llamo luego.
- Espera… - cuelgo sin más observando esos hermosos ojos.
- Es baño de damas – digo viendo que se acerca a mi lentamente.
- Dame tus bragas – dice frente a mi.
- No podemos seguir con esto – respondo subiendo el lavado mientras Apolo pone sus manos en mis piernas y comienza a subirlas lentamente.
- ¿Segura? – pregunta acercando su rostro al mío.
- ¿Amas a Grace?
- Es difícil de explicar – responde besándome robando me el aliento.
- Amantes – digo rompiendo el beso, Apolo frunce el ceño. – eso te puedo ofrecer hasta el día de la boda.
- Dame tus bragas – vuelve a decir tomándome del cuello un poco fuerte. Sonriendo hago lo que me pide entregándose las. – vuelve a la mesa – veo que se las lleva a la nariz.
Bajo del lavado mientras él me observa, camino fuera del baño regresando a la mesa sentándome justo donde estaba viendo a mi madre. Un momento después vuelve Apolo sentándose junto a mi.
- ¿A que te dedicas? – me pregunta Eros sonriente.
- Soy cardióloga y cardiocirujana – respondo orgullosa ya que amo mi trabajo.
- Impresionante – comenta observándome y de repente siento la mano de Apolo en una de mis piernas separándolas.
- No pienso lo mismo – intervine Grace mientras llega nuestra comida. – es un trabajo para hombres.
- Es increíble escuchar a una mujer hablar de esa forma – responde Eros visiblemente molesto a Grace, pero yo los ignoro sintiendo la mano de Apolo ascender hasta mi sexo introduciendo dos dedos en el. Me muerdo el labio inferior reprimiendo un jadeo.
- Solo digo lo que pienso – escucho hablar a mi hermana, trato de concentrarme en la comida pero me es imposible.
- ¿Hija estas bien? – levanto la mirada para ver a mi madre que me habla.
- ¿Por qué? – preguntó bajando una de mis manos para sujetar la de Apolo para que se detenga, por el contrario sus movimientos aumentan.
- Estas un poco roja – respondo mientras niego con la cabeza.
- Solo quiero irme a… - siento que estoy a punto de correrme – solo quiero ir a descansar.
- Pero que pesadita eres – dice mi hermana con molestia – la piel se me eriza cuando estoy a punto por lo que sujeto fuerte el mantel, pero Apolo se detiene de golpe. Me aclaro la garganta fijando mi atención en Grace.
- No quiero estar aquí y lo sabes. Que tu no tengas algo en que ocuparte no quiere decir que puedas disponer de mi tiempo a tu antojo – respondo volviéndome a ver a Apolo que lame disimuladamente sus dedos guiñándome un ojo.