TARA… Salgo al jardín en un descuidó de los demás ya que necesito aire. No se que era lo que esperaba cuando volviera a verlo. Me fui durante dos años, no se que me hizo pensar que podría esperarme y más de la forma en la que me fui, como una cobarde. Apolo es un hombre impresionante e inteligente, por lo que cualquier mujer estaría deseosa de estar a su lado. Una lagrima rueda por mi mejilla mientras río sarcástica. - ¿Qué se supone que esperaría? – me preguntó observando las luces frente a mi. De repente siento un escalofrío y al instante escucho su voz. - ¿Por qué? – me vuelco a verlo y su expresión me mata. – es lo que he querido preguntarte cada día durante estos dos año. - Aún no estoy lista para esta conversación – me acerco a él y hago lo que he desead