Observo a mi madre junto a mi sonriendo, en este momento nos encontramos solos ya que mi padre se fue a llevar a Grace y su madre a casa.
- No deberías casarte – dice mi madre de repente sorprendiéndome.
- ¿Por qué lo dices? – pregunto observándola.
- Estás enamorado de Tara y no te culpo – dice sonriendo dejándome perplejo – ella es la horma de tu zapato.
- Amo a Grace – miento vilmente a lo que ella niega con la cabeza.
- Eso no es cierto – sonríe acercándose más a mi tomándome de la mano – a Grace no la vez como vez a Tara, no solo eso. Con Grace no tienes un tatuaje como lo tienes con Tara.
- Es una casualidad – digo a lo que ella ríe besando mi mejilla.
- Si tú lo dices – responde justo cuando se escuchan las puertas del ascensor abrirse viendo como mi padre aparece.
- Hora de
