–No permitas que lo maten, ese hombre es la pieza maestra en todo esto, algo extraño está sucediendo, Taylor, y nosotros tendremos que hacernos cargo, no quiero que mi madre pueda sufrir una recaída. –¿Vamos a ocultarle que estaban planeando asesinarla? –Si – respondió con severidad – debemos hacernos cargo. Taylor asintió con la cabeza – ¿Hay algo más que quieras que haga ahora? – preguntó. –No, creo que ambos debemos descansar un poco, ya no puedo pensar con claridad – el príncipe bufó y entonces se fue hacia la habitación matrimonial dispuesto a dormir un poco. Cuando llegó se dio cuenta de que Vivian no estaba allí, y la verdad era que le alegraba no tener que lidiar con ella sintiéndose tan cansado. Entre mas pasaba el tiempo, más difícil se volvía convivir con Vivian, y en r

