Catalina bajó la mirada y tragó saliva, había muchas cosas pasando dentro de su cuerpo y mente, por un lado, sus pensamientos no dejaban de volar a través de aquella ilusión que alguna vez tuvo junto al hombre y eso, combinado con las mariposas en su estomago y el nudo en su garganta no formaban una buena combinación, porque la delataban completamente… Delataban lo enamorada que estaba del príncipe, lo mucho que lo había extrañado y todo lo que había estado añorando aquel momento. Lo cierto era que, aunque le gustaba la paz que había experimentado últimamente, nada se comparaba con el sentimiento de tener a su lado al hombre que amaba, el único que realmente la había querido y protegido en toda su vida. –Benjamín, yo… - ella buscó las palabras indicadas para hablar, pero no podía. Q

