–¡Que alegría que te estes recuperando tan rápido, hijo mío! – la reina se acercó a Benjamín y le dio un beso en la mejilla. Habían pasado casi quince días desde el accidente de Benjamín y Catalina. Ben había permanecido en el hospital durante todo ese tiempo, sin embargo, ya se sentía mucho mejor y los médicos incluso indicaron que podría marcharse ese mismo día a su casa, la recuperación fue tan exitosa que ni siquiera iba a tener que usar muletas, con un bastón era suficiente para que pudiera movilizarse. –¡Quiero salir ya de esta cama! – se quejó Ben. Estar todo el tiempo allí acostado era un gran sacrificio para él, que siempre había amado la actividad física. –Puede hacerlo, príncipe, pero todo con calma – le indicó el doctor. –Nosotros nos encargaremos de cuidarlo y de asegu