Esa noche Pablo no pudo dormir, las palabras de Karin venían a su mente una y otra vez, como las abejas a la miel, él dio vueltas y vueltas en la cama intentando conciliar el sueño, pero fue imposible, su mente no le dio tregua y su corazón tampoco, en el silencio de su habitación se preguntó si tenía alguna oportunidad con Karin, había alguna pequeña posibilidad de que su relación fuera un paso más allá y fueran más que amigos. Pablo quería que Karin lo correspondiera, quería volver a confesarle que la amaba y que quería estar con ella durante el resto de su vida, pero tenía miedo de que ella volviera a rechazarlo, en ese momento Pablo entendió por qué Adam había tardado tanto en confesarle sus sentimientos a Emily, era mejor ser un amigo y estar cerca de la persona que amabas, aunque fu