—Lo lamento mucho, señorita Baker—expresó Lewis con resignación. Supuse que estar de rodillas ante mí debia ser lo más humillante que alguna vez había hecho, es decir, me odiaba y me lo había demostrado en todas las ocasiones en las que había tenido oportunidad, así que esto era un golpe a su orgullo. —No es necesario hacer esto—finalmente hablé dirigiéndome hacia Roy. Sentí incomodidad al ver a Lewis de esa forma tan miserable, este no era el Lewis que yo conocía, en realidad era un gatito sumiso ante las órdenes de su amo, en este caso Roy, pero aunque él le obedecía sin protestar, sabía que de una u otra manera se vengaría por esta humillación. —Por supuesto que lo es—respondió Roy acercándose a nosotros lentamente, rodeo el cuerpo de Lewis hasta estar frente a él—has hecho cosas a mi