En el helipuerto, Louis y Emily no podían dejar de mostrar sus dientes debido a sus grandes sonrisas, pues ambos niños se sentían emocionados, especialmente porque estaban vestidos con uniformes especiales como los pilotos, eso hizo que se pusieran aún más felices y parlanchines al respecto. —¡Mira, mami! Este traje es muy bonito y me queda perfecto. —Yo también me veo genial, si no tuviera el brazo enyesado, la gente pensaría que soy el piloto —dijo Louis, dándose una palmadita en el casco con orgullo. Un momento después, Connor apareció con un uniforme similar que tenía su nombre grabado en el lado derecho del pecho. —¡Guau! Yo también quiero mi nombre en esta camisa —dijo Emily estirando el cuello. Con una leve sonrisa, Connor mostró dos pequeñas placas y al ver sus nombres gr

