A la mañana siguiente, Sofia entró en el comedor con los gemelos a cada lado, detrás de ellos, Connor caminaba lentamente mientras escuchaba el informe de Jeremy, parecía que nada había cambiado entre ellos. —¡Buenos días, abuela! —saludaron los pequeños con entusiasmo. Al ver a los gemelos, Raquel soltó una carcajada. —Buenos días, Louis, Emily, ¡Vaya! ¡Qué elegantes se ven! —Es nuestro primer día de trabajo, abuela y tenemos que causar una buena impresión en los demás empleados —dijo Emily, levantando los puños con energía. Mientras acomodaba a su hija en la silla, Sofia rió con alegría. —Están muy emocionados, ¿eh? —¡Sí! —dijo Louis con los ojos muy abiertos— Tenemos que aprovechar al máximo nuestro tiempo, mamá, cuando empecemos la escuela, nuestro tiempo será limitado. —Parece

