Su manera de abrazarme intentando consolarme me calma, aunque sea un poco. El silencio en el salón de nuestra casa es inmenso, pero supongo que él entiende que en estos momentos no soy capaz de decir ni una sola palabra. «Tengo un medio hermano...» eso es lo que pasa por mi mente una y otra vez. Intento comprender cada palabra que mi padre me ha dicho, y a la única conclusión que sigo llegando, es que de alguna manera él ha hecho que viviera todo durante todos estos meses. Si Elena hubiera sido honesta con mi padre y le hubiera dicho que esperaba un hijo de él; Raúl no los hubiera odiado y con eso nada de lo que le sucedió a Lucía y a mí hubiera ocurrido... —Bella...— me dice finalmente mientras acaricia mi cabello suavemente —sé que no tienes animo de nada, pero debes alimentarte amor