Hace más de una hora que estamos sentados en esta banca ubicada en este parque frente al mar. Los dos estamos en completo silencio contemplando cómo va atardeciendo y supongo que pensando exactamente en lo mismo. Desde que hemos salido del consultorio del doctor sabiendo que tendremos mellizos los dos nos hemos quedado sin palabras. En mi caso, estoy muy asustada. Ya tener un bebé me parecía una responsabilidad enorme y me daba miedo, pero ahora con dos; es que simplemente tengo ganas de salir corriendo. —¿Tienes miedo?— me pregunta finalmente rompiendo el silencio y por alguna razón sus palabras me hacen reír. « ¿Serán los nervios? ¿o será que verle igual o más asustado que yo me hace gracia?» —¿Miedo? ¡No, qué va! ¡Tengo pánico! — Admito y ahora es él quien se está riendo. —Me alegr