—Canarias, Canarias.— Escuchó el hombre mientras comenzaba a abrir los ojos. No podía hacerlo de tan pesados que estaban.— Canarias, tienes llamado. Logró por fin despertarse parpadeando varias veces para acostumbrarse a la luz ya que Lula había encendido todas las de la habitación para poder despertarlo. —¿Qué pasa? —Tienes llamado Canarias, llegó un niño a emergencias y necesitan un pediatra. —Lo haré, lo haré.— Comentó él cansadísimo mientras se levantaba. El aspecto de David Canarias había cambiado muchísimo en esos meses que pasaron después del suceso del piso. Estaba increíblemente descuidado, ojeroso, había adelgazado un poco y la mayoría de sus ratos libres se la pasaba dormido. —Siento decirte pero ya abogué y en el verano te darán un mes de vacaciones. —No Lula, ya t