La familia Canarias llegó justo a las ocho de la noche y tocó a la puerta de los Ruíz de Con. Esta vez no fue Alicia, ni Luz , nadie de la Familia de Ruíz de Con quien abriera la puerta si no Robert quién, vistiendo muy elegante, les dio una sonrisa de oreja a oreja. —¡Hey! Welcome… bienvenidos. Los Canarias entraron sonrientes y como siempre la chiquitina fue la primera en correr hacia David. —¡Davi! — Gritó feliz y luego se echó a sus brazos. Robert sonrió al ver la escena, a la pequeña Sabina con su vestido rojo navidad de pana y con un peinado de trenzas formando una corona tal y como de seguro lo traía su tía a la que admiraba. Después de que él la cargó entre sus brazos, Robert bajó la mirada y por un segundo David Canarias se sintió un poco mal de que la chiquitina le prestará