Evan- La miro fijamente, acercándome poco a poco a ella, el rubor en sus mejillas alivia el dolor en mi corazón, es como si estuviera frente a la Andrea de hace tres años, a pesar de la madurez y sensualidad que ahora posee. Mi corazón parece reconocerla inmediatamente, retumba tan fuerte en mi pecho como si ella diera vida a mi vida, en realidad eso es ella, mi vida y el sentido de ésta. Estoy de pie frente a ella y su semblante titubeante la hace incapaz de pronunciar las muchas preguntas que debe haber pensado. Sus ojos se cristalizan de repente y baja la mirada apretando sus manos a los costados. Su lucha interna es feroz, debe sentir odio y amor por mí. Estoy dispuesto a soportar todo con tal de tenerla conmigo porque simplemente la amo. - ¿Evan? ¿Por qué… volviste? –tartam