–Mmmm... Dejadme dormir –Gruño, cuando escucho voces en la habitación. – ¡Hermanita! ¡Despierta! –Rose salta en mis piernas y abro los ojos. Algunos rayos de sol entran por la ventana, haciendo que los cierre rápidamente. Cuando me acostumbro a la luz, logro ver a Nicholas, Mike y Rose mirándome –Vamos Kristal. –Ya voy pesados –Me levanto de la cama y cojo algo de ropa del armario, unos vaqueros negros junto con una camiseta de manga larga rosa y una chaqueta de lana negra –Fuera –Ordeno. –Oh, ¡Venga! Cámbiate delante de nosotros –Bromea Mike. –Estúpidos –Murmuro – Dios Nicholas... –Susurro fijándome en el gran moratón de la mejilla. –No es nada, deberías haber visto al otro –Ríe, pero a mí no me hace gracia. –Rose cariño, trae la pomada que hay en el cajó