Un buen trato.
En los sueños de Harrison….
Los besos de Francis se volvían más y más intensos, era sorprendente el modo en que ella lo hacía,
Harrison se moría por poseerla, se sentía tan caliente que no pudo evitarlo más, la sujetó de la cintura y la llevó a la cama, escuchó sus quejidos pero no le importó, la necesitaba, la necesitaba ahora mismo,
—Harrison… no, ¡Señor Harrison! —
—Tranquila, todo está bien—dijo Harrison para calmarla,
—¡Harrison!, ¡Señor Harrison, no!... ¡EMMETT HARRISON! —
Fue como caer a un vacío, Harrison abrió los ojos y se sintió muy confundido, miró que Zeus estaba debajo de él tratando de zafarse de su agarre, lo soltó con rapidez y trató de entender que ocurría, Francis sólo lo veía con él ceño fruncido,
Ese hombre por poco mata a su pobre perro, Z
