[JULIETA] Sin duda alguna nuestra noche en la opera fue una de esas noches mágicas y que recordaremos para siempre, él como siempre me hace sentir como una reina ante su caballerosidad, pero como una mujer increíblemente deseada cuando su sensualidad e hace presente. El camino a nuestra suite llega a su fin y al abrir la puerta, entramos sabiendo que la noche apenas está por comenzar para nosotros dos. Los besos en el ascensor han sido tan solo el inicio de lo que nos espera y al terminar de cerrar la puerta, apoyo mi espalda sobre ella y lo miro dándole a entender que por fin estamos solos. Él me observa detenidamente y se sonríe —te ves increíblemente sexy — comenta con su voz gruesa y se acerca un poco más a mí, haciendo que mis nervios vayan en aumento. —Tú no te quedas atrás— confie