C.4

1044 Palabras

Lyra Cuando nos registramos en este viejo hotel, debimos hacerlo porque era uno de esos que en parecía estar echado al olvido. Los vidrios en las ventanas estaban con una gran cantidad de polvo, las paredes con las pinturas descascaradas, el piso tenía un par de cerámicas sueltas y la Diosa sabía que no estaba entrando a inspeccionar el baño. No era mucho, de echo era nada, pero tendría que servirnos al menos por esta noche. Mi compañero, sumido en un silencio indiferente, había logrado subir a un nuevo nivel a la hora de ignorarme. Ya no solo no me hablaba, ahora tambien rehuía de mi mirada. Era frustrante, porque aunque sí, me equivoque, estaba agrandando está situación como si fuera un niño. ¿Qué esperaba, una compañera sumisa? Pues no, nunca fui muy obediente, ni una reb

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR