Lyra Escuché el estruendo, antes de escuchar los gritos. Al principio creí que lo había soñado, que la paranoia se había apoderado de mis sueños y me torturaba incluso allí, pero ahora, cuando escuchaba el aumento de gritos afuera, sabía que esto recién comenzaba. Ellos estaban aquí. Sabía que no debía irme, todo en mí me alertó de ello y a pesar de que conseguí que todos se molestaran aún más conmigo, ahora sentía cierta tranquilidad de saber que si algo malo sucedía, estaba aquí para ellos. —Rápido, Todos arriba. —la voz de mi hermano hizo que me pusiera de pie de un salto. Tenía que prepararme, a pesar de que le había prometido a Iván no involucrarme, a no ser que sea imprescindible, debía estar atenta. Éramos pocas las lobas aquí y debíamos proteger a nuestras madres, ellas

