Lyra Algo había cambiado. De repente con Iván teníamos cierta complicidad. No era como si fuéramos mejores amigos o la pareja del año, pero ahora, ambos podíamos bromear e incluso mantener una conversación sería sin empezar a pelear. Estos dos últimos días, él no había salido, se había quedado conmigo en la habitación, mirando varias películas viejas de comedia. Me sentía cómoda a su lado y por primera vez, desde que mencionó el regresar con mi familia, sentí la poca predisposición a dejarlo. Era una egoísta y lo había demostrado, pero él se había metido en esto por mí, me había elegido por sobre los suyos, o al menos eso me dijo. La manera en la que me lo explicó la última vez, me hizo sentirlo sincero y provocó dentro de mí una enorme culpa. Quería quedarme a su lado, por lo m

