Lyra Michael está vez se había encargado de preparar una verdadera celebración. A donde sea que miraras había comida, bebidas y personas divirtiéndose. La música sonaba bastante alto, sin embargo las risas eran mucho más fuertes. Todos creímos que la fiesta sería mañana y que está noche descansaríamos, luego del largo viaje de tres días, pero no, él decía que no podíamos desperdiciar el tiempo, que la vida era una y tendríamos tiempo para dormir cuando pasáramos a mejor vida. Mis padres estaban felices, Cédric y Aysel habían logrado limar sus recientes asperezas y por nuestra parte, con Iván parecíamos una pareja completamente consolidada. La semana había pasado volando y aunque no nos separábamos ni un solo minuto, sentía como que no habíamos podido estar verdaderamente junt

