Matías Observaba cómo los paramédicos se ocupaban de Christine, mientras esperaba que mis hombres volvieran de recorrer la zona. Necesito respuestas, necesito un indicio que me lleve a atrapar al miserable que se escondía detrás de los últimos acontecimientos. Necesito tanto un maldito nombre, o no tardaré en perder la poca cordura que aún conservo. Hoy había llegado a mi límite. Cuando llegue a encargarme de un llamado de emergencia, no esperé encontrar a mi compañera escondida, tratando de protegerse del ataque que estaba dándose en este maldito lugar. Estuve a punto de convertirme, estuve a jodidos minutos de liberar a mi lobo y apartar al imbécil de Portillo y al arrogante de Saucedo, para ir en busca de quién trataba de herir a mi compañera. Pero eso no fue necesario en el mom

