Christine Él había prometido que se quedaría conmigo y me ayudaría a enfrentar a mi familia, pero luego de una llamada de la estación de policía, Matías no tardó en besarme, recitando un rápido: “volveré enseguida “, para salir por la puerta, sin mirar atrás. Demás está decir que ese maldito “volveré enseguida “ fue hace casi dos horas. Traidor, me había dejado sola en el momento en el que más lo necesitaba. Lo peor de todo, es que había pasado los últimos tres días hablándole de cada uno de los integrantes de mi familia, con la intención de que pudiera ganárselos más rápido, pero ahora eso era inútil. Sabia que no tardarían en llegar y no aguantaba los nervios. Ya no tenía uñas, las había mordido en la última hora, también había desarrollado un tic nervioso, en el cual mi pierna no

