Christine Los ruidos en el exterior no hacían sino aumentar, logré oír dos disparos nuevos y solo esperaba que nadie de mi familia resultara herido. Los conocía muy bien, siempre estarían allí para proteger a uno de los suyos, sin importarles su propia seguridad. Nunca busqué exponerlos a algo como esto, siempre había sido muy responsable, pero Matías es mi compañero y nunca le daría la espalda por los problemas que sabía que traería a mi vida. Matías, él también debe encontrarse allí afuera, preocupado e invadido por una culpa que no era suya, sino de este maldito viejo asqueroso. —Lisandro. — Lo escuché decir, solo para ver al otro hombre adelantarse unos pasos. —Vamos a salir, así que ayúdame a llevar a la perra. Yo le enseñaría lo que una perra era capaz de hacer, solo tenía

