De pie, frente a mi puerta está la persona que tuvo el poder de hacerme creer que no era buena. Él, con su desapego me hizo creer que no valía la pena intentar mis sueños y que lo mejor, era vivirlos a través de los suyos. Estaba muy equivocado. —No tenemos nada de que hablar. —Ava. Sé que me odias, lo entiendo—dice—Pero, necesito hablar contigo. Sé que no sé ira y no quiero un escándalo. Me hago a un lado y dejo pasar a Gary. No lo he visto en mucho tiempo y, lo último que escuche de él. Es que, estaba trabajando en un disco, pero al parecer tuvo que retrasarlo por una sobredosis. Sí. Los excesos y problemas habían llevado a Gary al alcohol y su carrera estaba en un gran bache. Cierro la puerta y le hago un gesto hasta el salón. En silencio él camina y toma asiento. Yo me siento e