Angelica White Salimos del castillo despacio, cosa que me hace creer que ninguno de los dos quiere romper ese encanto que se nos quedó pegado a la piel desde que cruzamos las puertas. Y es que los besos, sus palabras, el lugar, han convertido este momento en algo mágico que no voy a poder olvidar nunca. Curtis me toma de la mano mientras bajamos las escaleras. Nadie dice mucho. No hace falta. Hay una sensación extraña en el aire, y sé que es porque todo ha cambiado después de ese beso en las escaleras y mucho más, después del beso en el balcón, no sé por qué, esta sensación me hace creer que cada paso que damos juntos llevará más significado y mucho más, después de sus palabras. Puedo aparentar calma, aunque no sé si eso esté resultando bien, pero dentro de mí, todo es un maldito caos