MAGGIE La cena es una mezcla extraña de emociones. Con anécdotas de todo tipo y la expectación de futuras historietas. Mientras todos hablan de sus planes calculados al milímetro, yo me siento en el mismo stand-by de siempre. Misma ciudad, mismas calles, un campus que ya conozco y la compañía de alguien que me hace sentir como en casa. Tampoco me quejo, yo he elegido quedarme aquí y no creo que sea capaz de arrepentirme. —¡Oye! ¿Y de dónde has sacado el vestido? —me pregunta una chica durante la cena. A duras penas recuerdo su nombre, pero sé que su novio está dándo la nota en el otro extremo de la mesa y lo ha regañado como tres veces ya. —Es de marca cara —añade otra. —No lo sé, me lo ha regalado mi novio —respondo, y la palabra "novio" me deja un raro sabor de boca. Vera me mira co