○○◘◘••♥♥♥••◘◘○○ Cierro los ojos anticipando el beso que me va a dar. Mi corazón late rápido en mi pecho y no puedo ni respirar… —Por favor, enderecen sus asientos y cierren las mesitas de la comida —dice la azafata, haciendo que Fernando se aleje de mí, yo volteo a verla y asiento con la cabeza, al tiempo que mis mejillas se tornan de un rojo carmesí. «¡AAAAAH! Ahora sí me va a volver loca», muerdo mi labio al recordarlo tan cerca y sé que, si no hubiera sido por la azafata, sí nos habríamos besado. Fer mira por la ventana y tiene una sonrisa ladeada pintada en sus labios, lo que lo hace ver más guapo de lo normal… Enderezo mi silla y recojo la mesa, apenas para cuando se enciende el botón que nos avisa que debemos apuntar nuestros cinturones. Empezamos el descenso par

