Una vez que llegaron al departamento de Irene, la mujer le pidió al apuesto hombre que se sentara, debido a que ella serviriá la comida, pero Fernando se ofreció a ayudarlo, lo cual ella negó, pero si le indico que abriera una botella de vino. El hombre abrió la botella y las sirvió en las copas, mientras la mujer entraba con la comida. -Ya está lista la comida- comentaba la mujer con una enorme sonrisa, dejando los platos sobre la mesa de cristal. -También el vino- comentaba mientras le entregaba la mesa, ambos chocaron sus copas y dieron un pequeño sorbo, Fernando se arreglo el saco - Deja te ayudo. -Gracias. Fernando no dejaba de lado sus modales, por lo cual se permitió, ayudar a Irene a sentarse. Ambos prosiguieron en comenzar a comer, estaban muy felices, sus pláticas eran sobre