[OLIVIER]
Al día siguiente: 19 de agosto
Anoche, después de una tranquila cena en uno de los mejores restaurantes de Roma, mi esposa y yo regresamos al hotel, y simplemente nos acostamos a dormir abrazados. Entendí que lo que necesitaba era que habláramos de cualquier cosa menos de lo que ocurría con Mateo, así que la distraje conversando acerca de viajes, lugares de Francia que no eran muy conocidos, y cosas así que hicieron que su mente se despejara; algo que ella agradeció muchísimo.
Sin embargo, hoy es otro día. La alarma nos despertó bastante temprano para alistarnos y salir del hotel cuando la mayoría aun dormían. Pretendimos ser dos turistas que irían a una excursión de esas que parten bien temprano, pero en realidad nuestro equipaje ya nos estaba esperando en el taxi gracias a l
