[CAIRO] —¡Cairo!— Escucho la voz de mi padre mientras que me alejo del lugar y el recuerdo de él llamándome así cuando era niña y jugaba en el parque, se cruza por mi mente. Por algún motivo que desconozco freno en seco bajo uno de los grandes postes de luz que alumbran este estacionamiento —Ni siquiera deberías pronunciar mi nombre— Hablo y ya no sé si lloro por verlo aquí, por saber que mi hijo se está por ir a la otra punta del mundo, o por lo que me ha pasado hace un rato. —Lo sé, pero ¿Qué hago? Ya no puedo borrar nada de lo que sucedió, tampoco puedo hacer de cuenta que todo está bien entre nosotros, yo mismo me encargue de que tú me odies. Rompí el único lazo que jamás debí romper en mi vida y me arrepiento de haberme dejado manipular a tal grado que te hice tanto daño. — Me dic