[OLIVIER] 3 de noviembre Después de varias largas horas de vuelo, finalmente aterrizamos en el aeropuerto de Edinburgh en Escocia. Allí nos estaba esperando una camioneta lo suficientemente amplia para traernos a uno de los mejores hoteles de la ciudad donde nos estaremos quedando estos días. Al ir acercándonos al hotel, me voy enamorando de su fachada, es una especie de castillo que se convierte en la antesala de lo que será nuestra boda, y al ver la cara de mi esposa, me doy cuenta de lo feliz que esta en estos momentos. Verla así me llena de alegría, sé perfectamente por todo lo que ha pasado durante toda su vida, soy consciente de que el hecho de que estemos aquí es una especie de milagro, sobre todo que lo estemos viviendo con sus dos hijos, o mejor dicho nuestros hijos, esos que f

